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Divorcios Complicados

El divorcio es complicado. Muy pocas parejas hacen divorcios buenos, donde el divorcio se entiende como el mejor escenario posible para los dos y los temas pendientes ya están o se están resolviendo. Luego sigue la gran mayoría de las parejas donde no se logra…

Los divorcios se pueden complicar por una gran cantidad de factores:

  • Hay problemas no resueltos de antes que tienen como tema el afecto no dado, cómo puede ser la infidelidad,
  • Temas relacionados a que uno de los dos miembros de la pareja percibe que su “cuota” de amor no fue dada, alguien dio más que el otro y se quedó esperando el momento del ajuste.
  • Habían diferencias desde el primer día o se casaron por razones que no estaban dirigidas al “compromiso”, a la visión de pareja a largo plazo.
  • Hay temas familiares que se hacen difíciles, temas “administrativos”: propiedades, herencias, inversiones en común, que la misma dinámica problemática que lleva al divorcio, acaba también haciendo de estos temas, situaciones a complicarse.
  • Muchas veces los hijos (si son pequeños) se vuelven temas que complican los divorcios, en el sentido que el conflicto, la energía de caso que genera la pareja hace que los hijos se vuelvan rehenes y se vuelvan parte del conflicto y/o elementos a negociar; a través de los cuales se puede buscar herir, lastimar, hacer daño.

Estos serían temas que suelen ocurrir antes del divorcio y algunos proyectan su malestar durante el divorcio. Una constante es la cantidad de energía más invertida, más utilizada y no recuperable de esta situación.

También es importante entender que el divorcio puede ser el escenario donde se hacen evidentes maltratos y dónde se puede expresar crueldad por parte de alguien en la pareja que actuaba violencia sobre la otra parte; en cualquiera de sus manifestaciones, el divorcio suele ser una oportunidad para “enloquecer” a la pareja.

Si bien es cierto que la violencia ha existido siempre y que la violencia la podemos actuar cualquiera; lo que también es cierto es que la violencia la actúan más hombres a mujeres. La crueldad igualmente la puede expresar cualquiera, pero su efecto dañino y como elemento de “yo soy en qué tengo la razón de todo” es un elemento mucho más actuado por hombres que por mujeres.

La idea es que si usted tiene un esposo que exhibe señales de crueldad en sus acciones, en la forma en que habla y cómo usa su dinero y el divorcio es su opción; difícilmente va a ser el esposo el que se quiera divorciar, tiene que entender que va a vivir una situación complicada, demandante, exigente y agotadora.

Ármese de mucha paciencia, buena asesoría legal y comprométase con el proceso, o sea: llegue hasta el final.

Hasta ahora, estas pueden ser situaciones que compliquen un divorcio, tal vez haya más situaciones. También es cierto que hay conflictos antes, durante y después del divorcio. Hay mucha fantasía con respecto al divorcio.

El divorcio es la disolución legal o pseudo legal de una relación formalizada por el matrimonio o por la decisión de los miembros de la pareja. Esta disolución surte efectos sobre los bienes y los hijos. El objetivo de un divorcio no es solucionar un conflicto en los afectos de en los miembros de la pareja. También tiene un efecto sobre la pareja.

Muchas personas piensan que el divorcio es una solución-cura a su problema. Es una parte de un proceso. ¿Qué quiere decir eso? Quiere decir que el divorcio en si es la culminación de una etapa que pone fin a la pareja. Llegar a la decisión es un reto, tomar la decisión también es un reto y atravesar la decisión también es un reto.

La firma del divorcio ocurre en lapso de un día, pasó ese día ya usted está divorciado, ahora qué. Qué pasa después del divorcio es algo que también tiene que tener en mente; es casi como planear una jubilación, qué pasa después es tan importante como lo que pasó durante el matrimonio.

La principal razón para ello radica en que todo divorcio es un duelo, la pérdida en algunos casos activa tristeza, en otros enojo; muchas veces tiene que ver con aquello que quedó inconcluso: aquello que el divorcio trató de resolver, de no resolverse en esta ocasión, se volverá a vivir en la forma de una nueva versión de lo mismo.

Otra forma que suele tomar el divorcio complicado está en aquellas personas que no saben cómo seguir adelante, ya sea porque el conflicto no se resolvió, ya sea porque el dolor y la angustia no mermaron o ya sea porque la persona no logra incorporarse a su nueva vida.

Definitivamente que esto no complica el proceso de divorcio pero con certeza es un efecto desagradable del divorcio y he ahí nuestro tema: que las razones para el divorcio sean claras y nítidas para ambos, que ambos hayan agotado las razones para desistir y pasar por la tristeza que viene con una legítima pérdida.

Algunas personas dicen que no sufrieron ninguna pérdida, tal vez nunca tuvieron “algo”, solo un matrimonio. Una relación es mucho más que un matrimonio, una pareja es 1+1=3, así de sencillo.

Este tipo de divorcio complicado es un reto. En ocasiones se asemeja a un duelo complicado, como lo puede ser una pareja que se va y no cerró ese ciclo o un miembro de la pareja que muere y ese espacio no se sabe cerrar.

Este duelo por no poder dejar, por no saber cómo continuar una vida sin saber si la otra persona estará bien es un dilema que necesita ser resuelto en La mente y en el cuerpo de la persona que porta el dolor.

La gran mayoría de estos casos requieren psicoterapia y requieren una mirada larga a la historia de la pareja y en qué forma y cómo el dolor se manifiesta y no deja progresar a la persona.

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