Cómo no sucumbir
- 17
- Apr
Muchas de las conversaciones que tengo con mis pacientes, en muchos momentos, gira en torno al hecho de cómo el día-a-día nos quita tanta energía y cómo cada vez más sostenerse, mantenerse a flote y no sucumbir ante el trabajo, las cuentas, el costo de la vida; no nos robe el entusiasmo o la conciencia de la meta que nos hemos propuesto.
La vida para todos se ha vuelto mucho más compleja y difícil de lograr tener una sensación de que “estoy disfrutando mi vida”. Los medios de comunicación, la televisión nos seducen con ideas del espejismo de que ser = a tener. Evidentemente necesitamos cosas que son útiles y necesarias para la vida, impresiona cómo muchas parejas que vienen a terapia tienen una situación problema en común: no saber vivir bajo un presupuesto y no tener claro que es ahorrar.
El conflicto de pareja que produce gastar dinero de forma no planeada es intenso. Pienso que la razón principal para que sea así es que el dinero es una forma en que la pareja logra realizar sus metas: ser, existir, disfrutarse, crecer. No vivir dentro de un presupuesto y gastar sin noción de la realidad de ahorro, es una fórmula casi perfecta para pasar de “pareja de aspira a realizar sus sueños” a “pareja que lucha por sobrevivir”.
Entiendo que en algún momento la pregunta, ¿qué tiene que ver un presupuesto con los conflictos de pareja que tenemos y la terapia? Mucho. El equilibrio de la pareja es delicado, también es difícil de sostener; las parejas necesitan toda la ayuda que puedan tener, toda la ayuda que necesitan para realizar sus metas. Además de ser la situación ideal para que un miembro de la pareja se vuelva contra el otro y se inicie el malestar, el resentimiento.
La mayoría de las parejas inician sus vidas juntos trazándose una serie de metas, de logros, de hitos que quieren lograr y que forman parte del proceso de hacer la relación más estable, más sólida. Algunas de esas metas tiene que ver con tener casa propia, tener un auto, tener un buen trabajo, tener hijos. Las parejas también manejas otra serie de metas como ser felices, disfrutar la vida, compenetrarse mejor y que la relación de pareja sea una forma de realizar, completar y hacer crecer mi identidad como hombre o mujer.
Muchas veces nuestros sueños y metas se ven aturdidos por los embates de la cruda realidad y de cómo energía que genera la subsistencia nos roba la importancia del aquí y del ahora. Las metas como son ideas, son formuladas a futuro, en otras palabras: no son hechos. Es difícil saber qué hacer ante situaciones que nos roben poder seguir en la meta. La vorágine del día a día compite de una menta de una manera tan desproporcionada que seguir la meta, mantenerla en la conciencia; es todo un reto.
Algunas ideas sobre las metas: la meta para que funcione debe cumplir con una serie de requisitos básicos para funcionar o para que nos puedan llevar donde queremos estar. 1. Las metas parten del conocimiento de “¿dónde estoy?”, esto no hace alusión a dónde estoy geográficamente. Hace alusión de dónde estoy en términos de qué ciclos tengo abiertos, qué ciclos he cerrado y qué tanta energía le puedo dedicar a una meta. 2. La meta debe ser realizable. 3. La meta de ser realizable en el tiempo. Si la meta es demasiado larga para ser vista como una sola meta, es prudente dividirla en mini-mentas o sub metas que nos sirvan para llegar al objetivo. 4. Es importante tener en cuenta marcadores que indiquen o que sirvan para indicar que la mente se está realizando o no. 5. Es importante poder saber si la meta no se ha logrado y es importante determinar qué está interfiriendo por lograrla.
Espero que algunas de estas ideas sirvan como elementos para generar ideas, si necesita compartirlas puede usar nuestra página en FaceBook “Clínica Transiciones” en Panamá.
Texto:@ Rodolfo Justine
Foto: Foto credits, Chloe Crushman