Mi primer “amor” con la psicología llegó en la forma de la terapia. Yo como muchos (as) psicólogos (as) hemos crecido y superado muchos de nuestros dolores. A lo largo de mi entrenamiento, la terapia familiar me cautivó y me permitió verme y entender a los demás desde una nueva perspectiva.

Luego, a lo largo de mi experiencia profesional, he podido sentir y percibir, cómo la Terapia Familiar posee un tremendo poder reparador y lo rápido que lo logra. La terapia familiar es una de las herramientas más poderosas para ayudar a fmailias de cualquier nivel socioeconómico y en cualquier situación a poder resolver y a encontrar una solución más allá de la repetición infructuosa de las mismas estrategias fallidas para resolver viejos conflictos.

La terapia familiar es un auxilio para otras disciplinas de la Salud y debe ser considerada en toda situación familiar, las familias y los padres y madres necesitan mucho apoyo, tanto a nivel de la pareja (de los esposos) como a nivel de la familia en su totalidad. Cada vez más todos (as) estamos expuestos a mayores fuentes de estrés y trauma, a mayores estímulos u oportunidades de frustración social que se evidencia en el costo de las cosas, el acceso a fuentes de empleo, cada vez más todos (as) manejamos menos poder adquisitivo y nuestros recursos cada vez se ven más amenazados.

Todas estas situaciones implican una alta fuente de tensión para la familia, amén de aquellas que surgen dentro de la misma familia como lo es la infertilidad, la infidelidad, los problemas con los hijos e hijas, enfermedades crónicas y/o terminales, etc., existe un menú demasiado largo de situaciones que impactan a las familias. No se debe dejar por fuera la amenaza que existe sobre el riesgo cada vez mayor al consumo de alcohol y drogas y la violencia.

Yo los (as) invito a que se decidan por ella si están atravesando problemas familiares y casi todo (en familia) termina siendo un problema familiar.4